28
Jul 12

"Yo siempre regreso…" en lista de El Cultural + en UIMP

1)

En la lista de El Cultural:

http://www.elcultural.es/mas_vendidos/Libros_mas_vendidos

2)

En UIMP, la próxima semana:

http://www.uimp.es/blogs/prensa/2012/07/27/agustin-fernandez-mallo-carmen-linares-y-jordi-savall-pondran-voz-a-las-actividades-culturales-de-la-uimp-la-proxima-semana/

Copio y pego:

El escritor Agustín Fernández Mallo que protagonizará en esta ocasión los ‘Martes Literarios’ -patrocinados por El Diario Montañés-, a partir de las 19.00 horas en el Paraninfo de La Magdalena.


27
Jul 12

Playa

Bueno, lo cierto es que a pesar de vivir a pocos metros de una, hacía unos 15 años que no iba a la playa, quiero decir a la playa de verdad, a bañarte, etc. Llevo 7 días repitiendo la operación. He observado:

1)que está lleno de niños, de modo que tienes ir a calas alejadas, allí donde madres y padres no llegan –porque los niños van allí donde van los padres y madres; no hay excusas-.

2)que todos hacemos lo mismo en la playa. Es impresionante ver a tanta gente que, no teniendo relación los unos con los otros, y sin tener un objetivo común, emplean su tiempo en hacer lo mismo, exactamente lo mismo: sentarse en la arena y, sin hablarse, leer y mirar el horizonte y gritar a los hijos. No es lo mismo que, por ejemplo, un estadio de fútbol, en el que miles de ojos se mueven al mismo tiempo que un solo punto, el balón. No, es otra cosa, es como ver a miles de resucitados replicándose pero desconectados entre sí, una Red rota. Puros nodos.  Eso me ha impresionado muchísimo. De hecho, aún no lo tengo asimilado del todo. Sólo encuentro un equivalente: el silencio abisal de miles de jugadores ante otras tantas máquinas tragaperras en Las Vegas.

3) Los niños hacen más castillos que antes. Cuando yo era pequeño hacer castillos quedaba mal, era de “pequeños”. Además, estaba el asunto de que no veías la necesidad de hacer tamañas obras para que en media hora el mar se las llevara. Centrábamos los esfuerzos en cosas prácticas, como nadar o comer el bocadillo. Pero he visto estos días a los niños hacer castillos con una pasión que cualquiera diría que no saben que pronto seremos rescatados.

4) El negocio de la hamacas es un todo un negocio. Redondo.

5) Los chiringuitos no han evolucionado. La misma horterada que hace 15 años. Un místico podría tomarlos como legítima definición de “lo eterno”.

6) La gente lee, cómo que no lee. Lo he contabilizado :1 de cada 30 leen en la playa. Y más los guiris: esos libros de tapas horrorosas que publican los británicos, aunque luego en muchas ocasiones son alta literatura. Una mujer, rubia platino leía un libro cuya portada parecía la de Los pilares de la Tierra, Juego de tronos o cosas así, y luego era de Historie de France, Tomo IV, de Jules Michetel, y la mujer no era británica, sino francesa. Y otra mujer, un poco más joven que aquella, leía –lo juro -, Antibiótico. Pasé de largo, claro, menudo corte.

7) La comida; en fin, mejor no hablar de la comida. Fritanga que ni entro a considerar. Pero cómo alguien va a adelgazar con todo eso. Mitos de la “dieta mediterránea”, que nadie, salvo los publicistas, sabe qué demonios es. Los guiris comen en restaurantes, los españoles llevan una nevera similar a las que se usan para los transplantes de órganos, y de allí extraen fiambreras y bocadillos y bebidas vitaminadas, como si no estuviéramos sobrados de vitaminas. Volvemos al país de Cuéntame.

De modo que, con esos 7 puntos en cuenta, me alejo hacia calas menos populares, incómodas, provistas de peligrosas corrientes de agua, llenas de medusas; peligrosas en suma. La excusa perfecta para volver a casa sin haber tocado el agua, y contar perlas de plástico. Lleno botes.

Mola mucho ser elitista.


26
Jul 12

en Cuadernos Hispanoamericanos + en revista de cine Neville

1)

La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, ha colgado el artículo:

Motivos para escribir «El hacedor» (de Borges), Remake, que publicó la revista Cuadernos Hispanoamericanos, nº 729, marzo 2011
Aquí, en la página del Cervantes Virtual:

http://www.cervantesvirtual.com/obra/motivos-para-escribir-el-hacedorde-borges-remake/

Aquí el mismo PDF, directo,

Motivos para escribir, «El hacedor» (de Borges), Remake

2)


Una entrevista que me hicieron el otro día en Gijón, para la revista de cine Neville. Me gustó mucho esta entrevista.

http://nevillescu.wordpress.com/2012/07/26/la-inocencia-del-escritor-amateur-un-encuentro-con-agustin-fernandez-mallo/


22
Jul 12

Perlas de plástico

La semana pasada encontré un cangrejo enano en una lata de mejillones al natural, marca Hacendado.

Hoy en Mallorca he encontrado una playa llena de perlas de plástico.

Supongo que años ha tardado en mar en hacer con los residuos plásticos tales cantos rodados.

Creo que las tendré sobre la mesa todo el verano.

Perlas termodinámicas.

playa de perlas de plástico

detalle


20
Jul 12

En El Cultural, reseña

Copio y pego:

Antibiótico / Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus

TÚA BLESA | Publicado el 20/07/2012 |  Ver el artículo en PDF

La publicación de Antibiótico coincide con la reedición de Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus, el nuevo libro de poesía (2012) y el primero, en 2001, de los de Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967), quien en esta última década ha dado a conocer otros tres libros de poesía más y las tres novelas que conforman el Proyecto Nocilla, un conjunto textual que ha supuesto una de las más bien raras novedades en el mundo literario y que tiene la formulación explícita de su ideario en Postpoesía. Hacia un nuevo paradigma. Añádase a todo ello su actividad en la música en el grupo Frida Laponia y también la fílmica, todo lo cual, con otros materiales más, puede visitarse y descargarse en su blog. Así,Fernández Mallo ha construido la imagen de un artista total, y actual, al que parece que ningún modo de expresión le es indiferente.Y no hay que olvidar El hacedor (de Borges), Remake, hoy retirado de las librerías a instancias de María Kodama, litigio que es de desear se resuelva satisfactoriamente, es decir, con la posibilidad de su lectura.
Lo que podríamos nombrar como la incumbencia generalizada y el poner en relación de esto con aquello son puntos esenciales de su poética. En la presentación de Postpoesía escribe que se trata de “ideas conectadas por procesos analógicos, metafóricos”, “una investigación por inducción analógica” y esto vale para toda su producción. Su escritura tiene como carácter la discontinuidad y tiene un antecedente importante en la noción de “rizoma” de Deleuze y Guattari, esa “raíz” -es el significado en griego, aunque en botánica es un tronco- que se desarrolla sin programa. Al igual que el rizoma el pensar -aquí, si se prefiere, el decir- se hace errático, avanza, gira y sale a la superficie donde menos se espera, se hace múltiple, según expusieron los pensadores nombrados en su fascinante Mil mesetas, por los principios de conexión y heterogeneidad, entre otros. Así, los poemas de este autor revitalizan el fragmentarismo de las mejores páginas de Rimbaud. A cada paso se cambia de asunto, páginas después se repite o retoma en un discurso en el que nada, o casi nada, queda fuera. Lo culto, lo coloquial, la filosofía, la publicidad, la ciencia, lo cotidiano -un ticket de supermercado, por ejemplo-, lo gráfico -fotos, gráficos-, todo encuentra su lugar en estos postpoemas, escritos en una especie de panglosa, en la que todas las variedades del habla y de los sistemas semióticos se integran. En este sentido, la lengua de lenguas de The Cantos de Pound, uno de los grandes modernos, sería un cierto precedente.
El punto de partida es que si el mundo ha cambiado, y esto está fuera de discusión,¿cómo es que la poesía continúa anclada en presupuestos que son de otras épocas, de otras ideologías, etc.? De ahí la necesidad de la postpoesía, que en absoluto niega la poesía (la tradicional, incluida la vanguardia), sino que la subsume.
En este nuevo modo la innovación mayor, y la que más resistencias suscita, es la incorporación del discurso científico, su terminología, sus ecuaciones, etc., que si familiares a Mallo, físico de formación, resultan más o menos esotéricas para el lector de poesía común, cuyo mundo es, en general, el de las humanidades. Sin embargo, ¿por qué habrían de estar proscritas esas formas del decir? Como el autor no lo cree, y no le falta razón, se cita igual a Borges o Juan de la Cruz que a Prigogine.
Lo que alguno verá como dispersión y ruptura remite, por el contrario, a una más poderosa idea de continuidad, esa que liga “el low tech de las columnas del Partenón y el high tech del Código de Barras”. Late en todo una visión omnicomprensiva, que puede, o debe, verse como realización del dictum de Terencio: “nada de lo humano me es ajeno” y no puede haber discusión a propósito de que la ciencia lo sea.
Esta acumulación de materiales con sus pasajes difíciles para el lector común y la discontinuidad discursiva ofrecen finalmente unos textos quehacen que la lectura haya de ser activa a la búsqueda del sentido y hay que dejarse llevar más allá de lo consabido para entregarse a esta nueva forma de disfrute a la que Mallo invita en sus postpoemas.


19
Jul 12

Conversación en México

El periodista mejicano Alejandro Flores me hizo esta entrevista en febrero, cuando estuve en México, para la publicación Telecápita.  Más que entrevista, fue una conversación de 2 horas en las que lo pasamos bien.

http://www.telecapita.org/home/index.php?option=com_content&view=article&id=249&Itemid=1

Ahora se publica.

Copio y pego

“No cuestiono la propiedad intelectual, sino cómo fluyen las ideas”: Agustín Fernández Mallo PDF Print E-mail
Wednesday, 18 July 2012 04:0

Charla con el escritor perteneciente a la estética afterpop

Por: Alejandro Flores Valencia

Por Aina Lorente para la revista GQ España

Hace 59 años fue descubierta la molécula considerada la más bella del mundo: la estructura en doble hélice del ácido desoxirribonucleico (ADN), que fue resultado de las investigaciones de James Watson y Francis Crick, después de analizar y remezclar una gran cantidad de datos de otros investigadores, conocimiento que Watson y Crick se apropiaron para resolver con ingenio y creatividad un enigma. Visto así, su procedimiento parece más artístico que racional. Y quizá no sea un contrasentido porque el arte y las letras, de acuerdo con el escritor español Agustín Fernández Mallo, tienen todavía mucho que incorporar del lenguaje de las ciencias.

«La poesía del siglo XXI pasará ―y ya está pasando― por las ciencias. Las ciencias son un nuevo campo para la poética, como ha ocurrido desde hace ya varios años con las artes plásticas. La Ciencia le aporta mucho a la Literatura, desde abrir nuevos campos semánticos (eso es lo que creo define a la poesía) hasta crear imágenes, metáforas creíbles que, si están bien hechas, consiguen transmitir una sensación, alguna idea o lo que sea, pero de una manera que hasta ahora no se había hecho», nos platicó Agustín una fría tarde de febrero de 2012, en el Claustro de Sor Juana.

Pero, además, hay otra cosa que la literatura debería aprender de las ciencias con respecto al uso del conocimiento, según Mallo: «En la ciencia se usan creaciones anteriores para proponer nuevos modelos. A nadie se le ocurre que, por ejemplo, para elaborar una teoría que amplíe la teoría cuántica haya que pedir permiso a los herederos de Heisenberg. Lo único que es obligado es la cita de las fuentes, no ocultarlas. Si la ciencia hubiera procedido de manera celosa y paranoica con los derechos de autor –tal como se hace, y cada vez más, en literatura- , la humanidad en su conjunto no hubiera pasado de la rueda y el fuego».

Fernández Mallo conoce de este celo. El año pasado padeció uno de los hostigamientos más lamentables que en materia de creación literaria se registran en los últimos años. María Kodama, la viuda del escritor argentino Jorge Luis, pugnó porque se sacase del mercado el libro de cuentos llamado El hacedor, de Borges (remake), uno de los mejores libros publicados en el 2011 según las cuentas de este servidor consignadas por el periódico El Economista de México. Esa batalla la ganó Kodama porque ese libro salió del mercado (a México no llegó, salvo algunas cuantas excepciones), pero la guerra final la ganó Fernández Mallo (y por supuesto Kodama no lo sabe) ya que, por ejemplo, de ese libro, y de un cuento en particular, «Mutaciones», me cuenta Agustín: «hay personas en algunas universidades, incluso de Estados Unidos, haciendo tesis doctorales; solo sobre ese cuento. Es un cuento fundamental en mi narrativa, que apunta ya hacia nuevos caminos personales estéticos. Por lo menos para seguir investigando mi poética y ahí hago cosas que nunca había hecho».

Pero, entonces, ¿le pertenece a alguien? Si ya quedó como un libro fantasma, ¿sigue siendo tuyo?, le pregunto.

“Aquí hay dos cosas. Yo creo que la propiedad intelectual existe, lo que he hecho yo lo he hecho yo y no lo has hecho tú; otra cosa es que yo me haya basado en lo que has hecho tú. Entonces, lo que cuestiono no es el concepto de propiedad intelectual ni de la autoría, sino la idea de cómo fluyen las ideas y como, a veces, los mecanismos legales que hay entorno a la propiedad intelectual dificultan que las cosas fluyan. Por ejemplo, mis libros son míos. Y yo soy el que detenta la propiedad intelectual porque fui yo quien los organizó, los escribió, y tengo el derecho de autor. Ahora bien, yo estoy encantado que los demás usen esos libros para armar otros libros. Dejo que otros usen eso. Entonces está allí el asunto. Puede ser una sola frase o una sola palabra en un contexto determinado o un libro de mil páginas. Es igual. Monterroso tiene la propiedad de «Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba allí». No creo que la propiedad intelectual tenga tanto que ver con la extensión de una obra, sino con la autoría. E insisto: una cosa es la propiedad intelectual y otra es cómo el autor deje usar esa propiedad intelectual y cómo deja que fluya en el mundo. Yo estoy encantado de que la gente que así lo considere coja de mis libros y que diga, hombre, que diga, esto lo he cogido de Fernández Mallo. Por lo menos si son párrafos explícitos. Ahora bien que lo que es imposible es filiar en un libro, además, sería absurdo, porque ¿de dónde viene el origen de todas las ideas que manejas? Es un background, un colectivo que está para el uso. Esto lo dijo Borges pero él se inspiró para ello en Leibnitz y, a su vez éste en tal otro”, comenta el escritor.

Sus ideas  las ha masticado (como un buen chicle) durante ya varios años. En el 2009 publicó el libro Post-poesía (Anagrama), el cual fue finalista del prestigioso Premio de Ensayo convocado por la editorial de Jorge Herralde, y en donde crítica, sin concesiones, el atraso de la poesía española, invitando, justamente, a incorporar en ella el lenguaje de las ciencias. Pone en duda los mismos mecanismos de la creación y crítica el anquilosamiento de la intelectualidad española. Por eso es afterpop, distorsión, cortocircuito e interferencia. Es relativamente conocido (un escritor, a menos que sea un Nobel, o un operador del sistema) nunca será lo suficientemente famoso, pero, por haberle plantado cara a Kodama, la edición española de la revista para caballeros GQ lo nombró uno de los hombres de la semana en el mes de enero de 2011.

Fernández Mallo sabe de ruidos y de agitaciones, vaya, es científico. Por lo mismo, su mirada del mundo es inseparable de este particular modelado de neuronas («Yo no podría escribir como escribo si no tuviera una formación en Ciencias”). A el no le llama la atención que a la molécula del ADN se la pueda considerar bella. De hecho, el recuerda en esta plática que desde que comenzó a escribir poemas, cuando tenía 17 años, podía hacer poemas sobre temas típicos como un sentimiento de pérdida pero siempre mezclándolas con conceptos de la Física como la recta real matemática, «que está llena de infinitos números o utilizando metáforas o formas de expresar. Por ejemplo, en lugar de escribir ‘abrió el baúl’ yo escribía ‘abrió el baúl a 180°’. Mis colegas y amigos siempre me decían: ‘pero ¿por qué pones 180°?, eso no es poético’. En cambio, yo lo veía normal, incluso me parecía bello: los grados son una cosa bella, es un despliegue. Cuando empezaba a estudiar Física y me relacionaba con conceptos como Cantidad de Movimiento, que es un término específico: la masa multiplicada por la velocidad, me pareció precioso el término, ‘cantidad de movimiento’, y lo usaba en determinados poemas».

De la misma manera, su poética  logra un mayor efecto en su narrativa que en su poesía; podría decirse que algunas de sus piezas narrativas, pienso fundamentalmente en la segunda parte de la novela Nocilla Lab (tercera de la trilogía Proyecto Nocilla) o en el cuento referido por Fernández Mallo, “Mutaciones”, son en si mismas poéticas.

Agustín decía que “Mutaciones” marca nuevos derroteros en su narrativa, y añadió: “por lo menos para seguir investigando mi poética; ahí hago cosas que nunca había hecho, entonces fue un cuento que salió, si te soy sincero, sin ser muy consciente. Yo tenía claro que en el cuento original había tres símbolos que van rotando y yo con esa sensación, con esa idea, a un nivel sensitivo de la mutación, y tal como la dice Borges en su original, es lo que me llevó a hacer esos tres pasos de una manera totalmente como quien va a la deriva por diferentes paisajes, escenarios, sin saber muy bien a dónde va. Al final se forma una especie de red pero de sensaciones. Y la verdad fue uno de los cuentos que hice, en el verano e 2009, es un cuento que yo aún no lo entiendo, es un cuento al que vuelvo y descubro cosas. Por eso me gusta”.

Agustín no solo es un escritor, sino es un físico, es decir, es un observador del espacio, pero también es un lector y como buen hombre de ciencia es un filósofo. Fernández Mallo es alto, reservado y amable. Su trato es sencillo. La última vez que charlamos fue al interior de una sala rústica en el Claustro de Sor Juana. El, sentado sobre un cómodo sofá de color claro, cruzaba una pierna sobre la obra. Traía puestas unas botas con punta y tomaba una Coca Light. Esta sala vieja y elegante lo inspira. Agustín mira a su alrededor e intenta hacer conexiones entre los objetos: una caja fuerte del siglo XVII y una taza de factura ultramoderna. Aplica en este reducido espacio su visión de mundo, la cual se teje a base de analogías que emergen en nuestra conversación.

“No hay ningún motivo para pensar, por decir algo, que el mar, eso que está aquí desdibujado en este cuadro ―señala el baúl viejo―, el mar y unos barquitos que circulan por ahí, si es un motivo de metáfora pictórica por qué el mar no va a ser un motivo de metáfora para la poesía. Ocurre igual con las ciencias, si las artes plásticas están usando las ciencias como metáfora de muchas cosas y como expresión, ¿por qué no habría de ser también una metáfora para la poesía? Ahora, por otro lado, ―se pregunta― ¿por qué la ciencia ficción ha caído relativamente en desuso, y ya no le atrae tanto a la gente? Es muy sencillo: porque la ciencia no ficción, la que hacen los científicos, hace mucho que ha superado a la ciencia ficción, en cuanto a imaginación y a propuestas. Si tú ahora lees un artículo en el que te dicen que los científicos están planeando hacer tal, son cosas que nos parecen fantásticas, pero en realidad las están haciendo

Y de las que ni nos enteremos…

“¡Joder! Las ciencias se han convertido en un generador de formas de estar en el mundo perfectamente acoplada a lo que simple y sencillamente se llamó Humanidades”, dice Agustín.

Esa ocasión, a principios del 2012, Agustín vino a México invitado por el Tec de Monterrey. Ofreció una serie de conferencias en algunos de los campus de esta universidad, y me contaba que muchos chavales le decían que «jamás me había imaginado que se podía narrar así. Uno escribe y nunca piensa en que esas reacciones van a tener los chavales”. En aquella ocasión, en los encuentros participó junto con el mexicano Mario Bellatin, quizá el escritor en lengua española con quien tiene más líneas en común y afinidades.

Agustín usa unos lentes de pasta que lo asemejan a un rockero indie de principios del milenio. Aquella nublada tarde de febrero, salimos del Claustro caminando juntos y platicando de música electrónica. Me informó entonces que en esa misma semana lanzaba junto con su amigo Joan Feliu el primer disco de Frida Laponia, Pacas go downtown, cuya descarga es gratuita. Apenas unos segundos antes habíamos hablado de arte y de literatura y de ese cortocircuito y esa interferencia que es el afterpop: “En general una obra que comprendes al 100% suelen terminar aburriéndote.  Prefiero aquella que puedan descolocarme. Escribí ‘Mutaciones’, y todavía no lo entiendo y hay personas haciendo tesis sobre él”. Cuando dijo eso me recordó a Bellatin, los dos escritores, apenas vuelven a sus textos, les cuesta trabajo entenderlos; Bellatin a veces los olvida. Hablando de analogías regreso a aquella sala con muebles viejos, cuando Agustín intentaba construir una narrativa temporal fincada en las analogías espaciales. Le hice una referencia sobre Octavio Paz que quizá no conocía o que ya había olvidado. Enseguida, me planteó su teoría del tiempo topológico, a propósito de la idea de contemporaneidad:

“Yo, por lo menos, tengo una manera de mostrar la contemporaneidad y lo hago a través de las conexiones mentales que voy tejiendo, que son una red. Intento plasmar en un papel esas conexiones entre diferentes temas, ámbitos e ideas, y al final esa es mi contemporaneidad: esta caja fuerte y esta taza. Lo que importa es como en un mismo espacio dos objetos de distinta época pueden dialogar; entonces, el cronos, el tiempo, deja de tener sentido y surge más bien un tiempo a partir de relaciones espaciales. Narrar a través de analogías o narrar a través de silogismos, como narra la novela policiaca. A mí me interesa mucho más la narración a través de analogías. Encontrarlas es ampliar el campo semántico de un objeto. Nada se expande en el aire, hacia nada, siempre hay que expandirlo hacia algo, compararlo con algo», dice, y en el fondo está hablando de teoría de redes, de física aplicada a la narración, dequantum fiction, de ironías y analogías, de duplicidad y multiplicidad.

«Estoy escribiendo muchas cosas, quizá lo que podrían llegar a ser cuatro novelas, más o menos. Escribo por impulsos. Es algo intuitivo, es algo que viene del mundo de la poesía. De repente dices: ‘esto encaja aquí, esto acá, eso no tiene ninguna dificultad. La dificultad para mí es saber conservar esa intuición. Cuando a ti te llega una intuición que te emocione y la quieras escribir, ahí hay un misterio. Entonces, para mí lo interesante es que, aún cuando lo escribo, debo conservar ese misterio para que siga emocionando, conservar un halo que diga, ¡ah: ahí pasa algo!, porque si lo desmenuzas todo ya no pasa nada, ya está totalmente escrito. Eso es lo que me parece más difícil de la escritura: escribir sin que la escritura rompa la intuición misteriosa que tú tenías y sin que desvele o mal use aquella intuición primera. Y eso sí que requiere técnica”.


17
Jul 12

Juego de Tronos

En los meses pasados el periódico El País ha hecho un «duelo de teleseries», con votaciones, etc. Los finalistas han sido, Juego de Tronos y Los Simpson.

Finalmente han ganado Los Simpson.


El viernes pasado, mi columna Ctrl+Alt+Supr (copio y pego):

Vistas las 2 primeras temporadas -únicas hasta ahora disponibles-, de la teleserie de moda, Juego de tronos, basada en la homónima novela (1996) del estadounidense George R.R. Martin, y cuya trama se desarrolla en una incierta época de resonancias medievalistas, he observado que: 1) es una acertada combinación entre, El señor de los anillos, Yo, Claudio y la revista El jueves, 2) es ideal para ilustrar clases de climatología a nivel de curso intuitivo, 3) todas la mujeres son -literalmente-, putas, y las pocas que no caen en esa categoría son brujas o lelas, 4) en tales reinos -juntos ocupan extensiones más grandes que Europa y Asia-, no hay una sola mujer gorda, 5) la mitad de los hombres son obesos y sucios, 6) allí las mujeres no se operan los pechos pero sí se depilan y el botox facial les pesa más que sus propias cabezas, 7) todos hablan inglés menos un escaso número de bárbaros que habitan las áridas tierras del Sur -cuyo idioma es una sucesión de cacofonías-, 8 ) el mundo es gobernado -literalmente-, por los niños, mejor dicho, por varones preadolescentes que, no obstante, aún maman; y por un enano, 9) como en El hombre y la tierra, el lobo es el mejor amigo del hombre, y 10) la integración gay está naturalmente inscrita en la sociocultura del momento pero la pulsión lésbica ha sido borrada de la faz de la Tierra. Pero ojo -y éste es el chiste-, tengo para mí que la indeterminada temporalidad en la que se inscribe Juego de tronos no es otra cosa que el futuro.



14
Jul 12

El libro al que se le borra la tinta

Curioso


11
Jul 12

Presentación de Yo Siempre Regreso…, y Antibiótico en Semana Negra de Gijón + En lista de El Cultural + despedazar un libro

El viernes estaré en la Semana Negra de Gijón.
En primer lugar en una mesa acerca de literatura digital, y sus conflictos -en caso de que los hubiera-, con el papel.
En segundo lugar presentando mis libros, con Manuel Vilas.
VIERNES 13                        SEMANA NEGRA DE GIJÓN
19.00                                    Mesa redonda «Exilios del papel II«. Con Agustín Fernández Mallo, Manuel Vilas, Javier Calvo, Laura Fernández y Helena Torres. Presenta Ángel de la Calle. (Carpa del Encuentro)
20.00                                    Presentación de Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del tractatus y Antibiótico de Agustín Fernández Mallo. Con Manuel Vilas. (Carpa del Encuentro)
Aquí el programa completo (interminable)

http://www.semananegra.org/Programa2012.html

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Bernardo Gutiérrez quiere le despedacen su libro. Ahí queda eso:

http://blogs.20minutos.es/codigo-abierto/2012/07/04/busco-djs-de-palabras/


9
Jul 12

Mancha solar vista al microscopio

A Woman In The Sun (Hopper, 1961)