Corónicas de Ingalaterra y Cosmotheoros (dos libros que leo en verano)

Eduardo

-Corónicas de Ingalaterra (sí, el título es ése) de Eduardo Moga y editado por Isla de Siltolá, es el diario-blog, vertido en papel, de un año de estancia del poeta Eduardo Moga en Londres. Cuenta con un acertado prólogo de José Ángel Cilleruelo. No deja de sorprender el modo en que con envidiable buen pulso para una prosa precisa, cristalina, inserta en su cotidianidad, y con asombrosa naturalidad, multitud de reflexiones de la cultura británica, la cual, y siempre con exitosos resultados, suele poner en confrontación con culturas no anglosajonas, o evocaciones, recuerdos de infancia, que en ese país a menudo ven invertido su signo, o sus puntuales viajes a actos literarios y los entresijos de éstos, siempre suculentos, o lo que dan de sí largas tardes de paseos por la lluviosa Londres (“lluvilandia”, como él la llama), y también mucha reflexión acerca de la poesía contemporánea, tanto de aquí como de allá, lo cual, de paso, hace a este volumen un magnifica fuente información razonada acerca de escritores semiocultos.

Y todo ello (y sobre todo) con gran capacidad para generar humor, risa inteligente. No hay capítulo en el que no te veas sorprendido por alguna reflexión que, con independencia de ser o no compartida, te regatea, muestra aspectos insospechados acerca de asuntos que antes por habituales se te presentaban planos. De las legendarias moquetas británicas a la Historia Criminal de Cristianismo, de la vida de Alan Turing a las comidas de tupperware que algunos londinenses organizan en el cementerio de Brompton (junto a las tumbas), del pormenorizado análisis de los gestos de los entrevistadores de la BBC (los cuales aceradamente compara con los nuestros), a la desternillante incursión en el Ikea de esa ciudad, que viene a ser algo así como el remonte que acometen los salmones en los ríos de Alaska.

Viendo la firmeza de su estilo, la inteligencia en lo argumentativo, la congregación de atmósferas y el ojo clínico para subvertir los detalles, pienso que la literatura en español se está perdiendo a un gran novelista.

 

-Cosmotheoros (conjeturas relativas a los mundos planetarios, sus habitantes y sus producciones), Christiaan Huygens, editado por Jekyll & Jill.

Christiaan Huygens (1629-1695), fue un físico de turbulenta vida dedicado principalmente al estudio de la óptica, y que todo estudiante de bachiller conocerá por haber dado nombre a la primera teoría ondulatoria de la luz seria: el Principio de Huygens-Fresnel. Al menos en ese primer asalto, le ganó la batalla ni más ni menos que al mismísimo Newton, quien propuso una teoría corpuscular (es decir, no ondulatoria) de la luz.

Sea como fuere, Huygens también nos dejó, escrito originalmente en latín, este exhaustivo, imaginativo, y sorprendente tratado acerca de cómo deberían ser los extraterrestres. Y no va de broma. Para demostrar que en Marte o Saturno hay vida echa mano de otros pensadores como Nicolás de Cusa, Kepler o Descartes. Leerlo no es sólo asistir a la construcción de una teoría que hoy nos parece un precioso y extraordinario cuento, sino también darse cuenta de cómo la idea del alien, del otro, se halla totalmente condicionada por la cultura de cada lugar y época: hoy por el cine y la televisión, y en el siglo 17 por la pura especulación mezclada con una entusiasta filosofía del otro como un ser eminentemente bueno. Paso a paso va esgrimiendo argumentos de cómo deberán ser las manos, los pies y las cabezas de los aliens, y llega a razonar incluso por qué en sus planetas también ha de haber duchas y pistas de baile.

Un acierto que la exquisita Jekill & Jill haya reeditado esta joya, que cuenta con unas sugerentes ilustraciones de Alejandra Acosta y ha sido traducido del inglés por Rubén Martín Giráldez.

Huygens

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