El Paseo de Nietzsche

8 comentarios para “El Paseo de Nietzsche”

  1. mihai iacob dice:

    Bueno…algo es algo.

  2. Mattinata, serata…sempre con la violenza. Risultato? Nietzsche mudo e Agustin? Non sappiamo ancora…si vedrà…

  3. Sonjacasta dice:

    Emocionante. Me gusta el sonido de tus pasos sobre el asfalto. Las calles con esos edificios tan grandes y majestuosos parecen escenarios imposibles de llenar. Imagino el viento circulando violento en invierno, el caos del tráfico de los carruajes circulando por aquella época. Da escalofrío sentir el fantasma de esa violencia metálica.

  4. agustín dice:

    En esa calle las pisadas resuenan bastante, sí. Y hay una amalgama de sonidos que sólo se aprecian cuando los oyes grabados. Fue un buen paseo; de poco más de 2 minutos, pero muy largo.

  5. ¿Fuiste al hotel de Pavese también? ¿Se cerró el círculo o se extendió la línea? 🙂

  6. pere joan dice:

    No olvidemos la Sábana Santa, que se encuentra en Turín, y que es también una narración memorable. La Sábana lleva impresa en negativo del cuerpo de un hombre. El cuerpo de Cristo según la iglesia cristiana.
    Significaría también el trailer si bien no exactamente de la imprenta, si de una forma de impresión de monotipo, de una pieza única. Quizás más semejante al grabado o a una placa fotográfica de las antiguas de la que no se sacara ninguna copia. Pero con el plus de la divinidad. No tiene nada que envidiar a Nietzche ni a Pavese, no es cierto?

  7. agustín dice:

    El hotel de Pavese, es grande y es un círculo que nunca se cierra; cabos sueltos.
    En efecto, la Sábana Santa es el hit de Turín; insuperable pero inalcanzable para un simple visitante como yo.
    Saludos!

  8. Valeria Correa Fiz dice:

    Hace unos días leía a Piglia: «Una de las escenas más famosas de la historia de la filosofía es un efecto del poder de la literatura. Nietzsche al ver como un cochero castigaba brutalmente a un caballo caído se abraza llorando al cuello del animal y lo besa. Fue en Turín, el 3 de enero de 1888, y esa fecha marca, en un sentido, el fin de la filosofía: con ese hecho empieza la llamada locura de Nietzsche que, como el suicidio de Sócrates, es un acontecimiento inolvidable en la historia de la razón occidental. Lo increíble es que la escena es una repetición literal de una situación de «Crimen y castigo» de Dostoievski en la que Raskólnikov sueña con unos campesinos borrachos que golpean un caballo hasta matarlo. Dominado por la compasión, Raskólnikov se abraza al cuello del animal caído y lo besa. Nadie parece haber reparado en el bovarismo de Nietzche que repite una escena leída. (La teoría del Eterno Retorno puede ser vista como una descripción del efecto de memoria falsa que produce la lectura).»

    Gracias por el paseo virtual.

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