Torre para Suicidas en Etiqueta Negra. [Ruinas Contemporáneas (1)]

La peruana revista de literatura, Etiqueta Negra, me encargó a través de su editor, Jeremías Gamboa, una artículo sobre la Torre Para Suicidas que sale en Nocilla Experience y que es una obra original del artista conceptual español Isidoro Valcárcel.

A mí Valcárcel me apasiona. Así que lo hice.

El dossier del número de diciembre Etiqueta Negra está dedicado a arquitecturas extrañas, descolocadas, cuestiones en la periferia de la arquitectura. Para ver y/o descargar en PDF la revista, aquí.

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Esta obra de Valcárcel bien podría ser una Ruina (conceptual) Contemporánea, algo que nunca se ha hecho, que nunca llegará a hacerse y aunque no se deteriore, paradójicamente, permanece en un estado de perpetua construcción, de ruina.

Me sirve para iniciar una serie que iré poniendo, titulada Ruinas Contemporáneas.

[Pongo el artículo original, que para su edición en la revista transformé ligeramente]

TORRE PARA SUICIDAS

UN PROYECTO DE ISIDORO VALCÁRCEL

Agustín Fernández Mallo, revista Etiqueta Negra, dic 2008, Lima, especial arquitecturas.

PLANO DE SITUACIÓN:

Me encontré con la obra Torre para suicidas (1984), de Isidoro Valcárcel, en el nº8 de la revista de arquitectura, Fisuras de la cultura contemporánea (Madrid, enero 2000). Había oído hablar muchas veces de esa obra, que en España alcanzaba resonancias mitológicas dentro de las artes visuales, pero jamás la había visto. Oír hablar de una obra conceptual ya es equivalente a verla, dado que, como la propia palabra indica, es un concepto, pero siempre tenemos la manía de querer ver más.

Buscando, supe que Valcárcel nació en Murcia, en 1937, y que detenta una insólita posición en un artista contemporáneo, no renuncia a que le paguen por sus obras, pero, lo que él considera un precio justo, que no pasa del de cualquier artesano. «El arte es una acción personal que puede valer como ejemplo, pero nunca tener un valor ejemplar», ha dicho.  Célebre es la acción que llevó a cabo en el (Macba, Museo de arte contemporáneo de Barcelona): aceptó la invitación a exponer, y su obra consistió en pintar de color blanco una gran pared blanca del mueso, con un pincel del número 8, de pintar acuarelas; la acción duró 9 días. Después afirmó: «mi forma de estar en una colección es hacer algo que no se pueda coleccionar». Valcárcel, Premio Nacional de las Artes Plásticas de 2007, pidió cobrar por esa obra 900 euros, la tarifa de cualquier pintor de brocha gorda. Valcárcel reactiva el absurdo dadá, o si se prefiere, la genial gamberrada de Duchamp, pero en estado puro, por «amor al arte».

ALZADO:

La obra Torre para suicidas, se inscribe en una serie de proyectos denominados por él mismo «arquitectura prematura», que consta también del Museo de la ruina, proyectado especialmente para que se venga abajo en cualquier momento, incluso antes de ser terminado. Por «arquitectura prematura» él entiende proyectos adelantados a su tiempo, proyectos que la sociedad no está preparada para asumir y que nos ponen frente al absurdo de ciertos ritos contemporáneos. «Hoy por hoy, pienso que la obviedad (la bobada, si se quiere) es el máximo de creatividad».

PLANTA:

Nadie mejor que el propio autor para definir su Torre para suicidas: «De no disponer de las instalaciones adecuadas, ni de los lugares especialmente indicados, proviene la necesidad de los suicidas de dispersar sus actuaciones utilizando para ello cualquier instalación urbana que sirva para sus fines, con el natural desaliento del resto de sus ciudadanos. Es por ello que se suministra documentación sobre una instalación que cuenta con todas las dependencias necesarias para quien desea acabar con su vida, sin las molestas reutilizaciones de monumentos, rascacielos, vías de ferrocarril, lagos, puentes, y demás estructuras que ven alterada sensiblemente su consideración urbana por tales transformaciones de uso.

Así, en estas torres se dispone de todo tipo de instalaciones necesarias para el suicidio, lo cual, junto con la segura proximidad de una calle, otorga al suicida un abanico suficiente de texturas y superficies sobre las que definir su destino, tal como se indica en la planta de situación».

PERFIL:

En ocasiones se ha fantaseado acerca de la viabilidad real de la «arquitectura prematura» de Valcárcel. Pero es evidente que el propio concepto de obra en Valcárcel es refractario a tal idea. El autor se mueve en el plano conceptual, especulativo, el valor de estas obras no está en su posible ejecución, sino en la posibilidad de pensar determinados valores y conceptos: el valor de la muerte hoy, la necesidad de un museo hoy, etc. Él mismo ha remarcado que le interesa el concepto de proyecto: «la única función que yo quise encomendar a mis proyectos es la de dejar al descubierto cuán fácil resulta encontrar un tema; hasta qué punto se amontonan las sugerencias, las demandas; qué sencillez basta para la creación; cómo, en fin, el arte es un ejercicio y no una obra… En suma, lo que se entiende como proyecto».

VISIÓN 3D:

Si, aún así, por puro ocio, desatendemos el espíritu meramente conceptual de la obra, y nos ponemos a ejecutar el proyecto, podemos imaginar al suicida en potencia, en la sala de espera, bajo el rótulo SILENCIO que hay en las iglesias, aguardando a que un ascensor lo eleve, asistido por masajistas, capellanes, dietistas, vestido con ropa ad hoc, con familia y conocidos animando el trance. En estos momentos en los que todo mártir tiene que pasar necesariamente por el deporte, no hay mejor idea que la protocolización del suicidio.  El suicidio como evento deportivo por antonomasia. Es éste uno de los atractivos de las sociedades desarrolladas: construir obras perfectas para la autodestrucción perfecta. Imagino al futuro suicida apurando las últimas gotas de un batido de chocolate con soja y bífudis activo, ante las metálicas puertas del ascensor, que de repente se abren, antesala de las de San Pedro, lo imagino apretando el botón del ático, elevándose, tentado en parar un rato en el 2º, donde puedes escoger entre las esféricas pastillas o la soga de cáñamo, pero no, hay que seguir, hay que subir, el salto requiere más valor que los barbitúricos, lo imagino saliendo hacia la plataforma última, cogiendo carrerilla para no mirar más que el muro blanco que se divisa en frente, más allá del vacío, muro que fue ubicado estratégicamente para que no hubiera horizonte [se sabe que la visión de un horizonte, es lo que provoca que muchos suicidas se arrepientan a última hora por refundarse una esperanza], lo imagino saltando, en el aire, ojos cerrados, gravedad 0, lamentando no haber podido fumar su último cigarrillo ya que en el vestíbulo un cartel alertaba, PROHIBIDO FUMAR.

PLANOS Y LEYENDA:

ZONA DE ADMINISTRACIÓN:           s

f-foso de ascensor

g-almacén

j-recepción

l-oficina

m-mostrador

h-aseo

i-teléfono

k-zona de espera

ZONA DE ALOJAMIENTO:

o-ascensor

p-habitación individual

s-habitación familiar

q-habitación doble

r-baño

ZONA DE AFECTADOS Y SALVAMENTO

t-depósito

v-prensa y radio                       s

w-material médico

x-sala de curas

z-quirófano

u-velatorio

v-dormitorio facultativo

ZONA DE SUICIDIO

ab-familiares y público

ac-cuarto de máquinas

af-jardinera

ag-vacío sobre el río

ah-vacío sobre el jardín

ai-vacío sobre el edificio

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La primera vez que conseguí un ejemplar de Etiqueta Negra fue en Caracas, me sorprendió de inmediato la calidad de sus contenidos, así como su cuidadísimo e inteligente diseño, muy cool para ser una revista de literatura (más valdría que aprendiéramos por estas tierras a diseñar revistas de literatura como es propio del Siglo 21). Pero ya la conocía de oídas, ya que uno de sus editores en el extranjero, concretamente en Oakland, California, Daniel Alarcón (novelista, Radio Ciudad Perdida, Alfaguara, 2007), me había hablado de ella en un encuentro que tuvimos en Hay Festival, bueno, más bien en un tugurio infumable al que íbamos hasta altas horas de la noche los escritores del Hay Festival (¿por qué los escritores somos tan cutres? ¿Es que no podemos elegir lugares de ocio más evolucionados?) En fin, continúo. Aquel ejemplar que compré en Caracas lo disfruté mucho, y no volví a encontrar otro ejemplar hasta que este verano, en Santa Fe, me topé con uno en una librería extraña a la que me llevó Vicente Luis Mora (creo que eso lo dije en el diario USA TRAVEL que puse en este blog). También lo compré.

La revista mezcla muy bien el mainstream con autores emergentes o sumergidos (te encuentras también textos inéditos de Italo Calvino o Barthes). Es una referencia en lengua española.

Para ver su web y descargar números en PDF, aquí.

Dejo este comentario sobre Etiqueta Negra de Jean-François Fogel:

«No hay que presentar a la revista peruana Etiqueta Negra. Su calidad es una referencia mítica en el mundo hispanohablante. Un pasito suyo, de una sola vez, hacia el mundo de las revistas de EE. UU. provocó el reconocimiento inmediato de su valor por los National Magazine Awards. Es un producto que pertenece al mundo de la excelencia.»

15 comentarios para “Torre para Suicidas en Etiqueta Negra. [Ruinas Contemporáneas (1)]”

  1. Rodrigo dice:

    Cuando llegué a la parte de la Torre Para Suicidas en el Nocilla, se me dió por buscar más, no tuve exito. Ahora conosco más sobre esta Torre. Me atrajo este proyecto por lo grandioso de su diseño y yo estudiando Ingeniería Civil, pues no me podía perder el informe completo. Recuerdo que un día mi profesor de diseño gráfico propuso al aire la idea de proyectarnos un Túnel Intercontinental, todos lo miraron extrañados y bueno no es mala idea, ayudaría a los aerofóbicos, discapacitados, ancianos, etc., que no pueden o tienen miedo a volar.
    Siendo peruano, da gusto saber que el artículo sea publicado en una revista peruana. Gracias.

    Saludos. Un abrazo.

  2. miguel dice:

    agustin
    te sigo desde hace tiempo
    ¿cómo encontraste ese Fisuras?
    yo fui uno de sus responsables, y me ha hecho mucha ilusión el reencuentro.
    las vueltas rizomáticas que da la vida

  3. agustín dice:

    Hola Rodrigo, es que no hay (o había), mucha información en la Red sobre ese proyecto de Valcárcel. En general sobre Valcárcel no había mucha información hasta el 2007, cuando le dieron el premio. Yo no conozco mucho su obra, pero lo que conozco me parece muy bueno. Me alegra que a través de Nocilla Experience hayas llegado a él.
    Lo del túnel, bueno, aquí ya tenemos uno que comunica Francia con Gran Bretaña. Todo se andará. Pero como proyecto teórico es muy interesante.
    Un saludo.

  4. agustín dice:

    Hola Miguel, qué bien tener aquí alguien que participó en Fisuras (seguí hasta hace unos 4 años la revista, pero ya no sé si se edita).

    ¿Que cómo llegué a ella? Pues muy simple, tengo un primo, Javier Suárez, que es arquitecto, y se la vi en su casa, y me la prestó (fue en el 2002 y, por cierto, aún no se la he devuelto porque a veces aún la hojeo). Me encantó la manera de acercarse a la arquitectura desde lugares periféricos, con asuntos tangenciales (por ejemplo, los dos especiales sobre comida, o el tocho especial sobre redes, etc, etc, o aquel diccionario raro…). A él, a mi primo, se la había recomendado a su vez un arquitecto que es familiar nuestro, Alberto Noguerol, que le dio clase de proyectos en 5º o algo así. En fin, como ves, lo clásico, cadena humana.

    Podría hablar largo y tendido de cómo la revista, no sólo ese ejemplar, sino todos, han sido inspiración para algunos poemas de mis libros, o para las nocillas. Pero eso es otro cantar.

    Te felicito, Miguel, por el trabajo en la revista; y a todo el equipo, claro (Soriano&Co).
    Un saludo.

  5. Jordi dice:

    No sé si sabías de la existencia de un refugio para suicidas en Suiza. Parece más discreto que este edificio que pones en el post, pero al parecer al borde del colapso de solicitudes. Supongo que será verídico.
    Un abrazo.
    Ahí te dejo el link:

    http://www.elnuevodia.com/diario/noticia/mundiales/noticias/refugio_para_suicidas/518086

  6. agustín dice:

    Tremendo, Jordi, no conocía ese refugio. Gracias por el link. ¿Se habrán inspirado en la obra de Valcárcel, bajándola un poco de tono?
    Un abrazo

  7. Jordi dice:

    Sería interesante investigar más. Es acojonante.

    Por cierto, se me estaba ocurriendo un gran complejo hospitalario para enfermedades. Un lugar donde escoger de qué morir: urgencias (que podría conectar con el edificio para suicidas), hospitalización (para los que decidan permanecer ingresados y barajar diferentes opciones) y atención domiciliaria (para los crónicos). Un espacio donde la detección genética precoz ayudara a potenciar ese defecto. No sé, ¿algo así para el viejo Son Dureta?

    Preparo palomitas para ver la mitad de Cruz y raya.

  8. Jordi dice:

    Un tal Craig Ewert ya ha dejado filmar su suicidio en ese refugio de Suiza. Lo emitió Sky, y ya está en youtube: http://es.youtube.com/watch?v=XlD7mjLEjB8

    la organización que está detrás de todo esto es una tal Dignitas: derecho a la autodeterminación de la persona.

  9. agustín dice:

    Me dan grima los suicidios filmados, no los soporto, así que no veré ese YouTube. Lo del hospital para contraer enfermedades en vez de curarlas es un material de novela muy bueno. Ideaza.
    He visto en la tele a la mitad de CRuz y Raya, hoy no estuvo tan bien como el primer día, pero tiene detalles Muchada Nui muy buenos.
    Un abrazo

  10. holler dice:

    ¿Cómo has conseguido los planos de mi casa?

    Yo viví en una torre igual en el piso 13 pero en vez de torre de suicidas ponía Torre de Los Castros, tenía tres ascensores uno rojo, otro azul y otro blanco, ahora son todos del mismo color y tienen hilo musical.

  11. agustín dice:

    ja, ja, Holler. Es que subí muchas veces en esos ascensores, y el hilo musical produce alucinaciones como ésta.
    Bien por los hilos musicales, especie de cordones umbilcales.

  12. Mario dice:

    Hola Agustín,
    Es mi primer comentario a este blog, así que empiezo felicitándote.
    Leyendo este post y los comentarios me ha venido a la cabeza el bosque Aokigahara, en Japón, donde se han encontrado los restos de numerosos suicidas. Creo que Murakami ha escrito algo sobre ello.

  13. agustín dice:

    Hola Mario, por lo que se ve muchos japoneses van allí a suicidarse por motivos de "higiene", la noticia es cierta. Los japoneses tienen uno de los mayores índides de suicidios del mundo. Supongo que ellos no lo ven como nosotros, sino como salida digna.
    La imagen de ese bosque es escalofriante.
    Gracias por el comentario!

  14. jorge de la 55 dice:

    aqui puedo aprender muchas cosas adios

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